segunda-feira, 30 de junho de 2008

uma mancha indistinta
na voracidade dos dias.
uma mancha indistinta,
como algo pelo qual
passamos a grande velocidade,
incapazes de percepcionar
a sua verdadeira forma.
uma mancha indistinta,
sobre cuja memória
(quando ela ainda resta)
projectamos a nossa própria concepção
daquilo que ela seria.
uma mancha indistinta,
cujo verdadeiro sentido
entra no campo das hipóteses.
uma mancha indistinta,
que porventura não o seria,
se nos detivéssemos a observá-la
na voracidade dos dias.

1 comentário:

Blass disse...

Siento una conexión muy fuerte con relación a este poema y el que cita el hilo de Ariadna, refiriendome a tu estado de espíritu, como que tal esas horas perdidas para resistir el devenir, contuvieran elementos claves para transformarse en manchas hostiles, permanentes, reflejando la sensación del alma de un color lúgubre en un sentido doloroso. Me viene al sentimiento un estado anímico persistente, progresivo que no ha mutado y está perseverante desde hace algún tiempo recalcando sobre la misma llaga .
Literalmente la anáfora de la “mancha indistinta” (utilizada a través de la personificación de las emociones en algo inanimado pero que no se borra, que es indeleble) conlleva al deseo por reflejar y conceptualizar metafóricamente lo que esta provoca y al punto de destrucción que puede lograr. Dentro del “yo” puede ser un poliedro de emociones (miedo, angustia, temor,dolor, frustaciones, desilusiones, proyectos ,pasiones, quebrantamientos, todo lo que implica ser persona e incluso todo aquello con lo que interactuamos directa o indirectamente), en ocasiones estas experiencias nos marcan o provocan ciertos niveles no gratos ejerciendo un mecanismo de defensa que resulta por veces inútil , por obviar lo que nos desboronó sin que nuestro ser percate la magnitud de lo que lo ocasionó y vilmente se desplaza para consumirnos sin levantar sospechas reduciendonos a nuestra mínima expresión, enfrascándonos obligatoriamente en lo posible que resultaría si se revirtiera, si fuese lo opuesto, sometiéndolo como una maqueta de arcilla moldeable a nuestro criterio y creatividad.
Me parece que el poema al final y no sé si estaré errada , insta a darle un giro al ciclo, exhortando a cierta reflexión, que como seres humanos poseemos la fortaleza y el poder interno de evitar las amenazas de aquello que nos pueda desintegrar , creando planes de acciones recíprocos (objetivos-subjetivos) observando no solo con los ojos del rostro sino también con los del entendimiento, protegiéndonos a nos mismos de lo que pensamos, decimos y a través de nuestras acciones materializamos, para evitar los comunes derrumbes emotivos.